Fragmentos de Armenia

Julio 2018 – Notas del diario a granel – Self-service

Armenia

Desconocía casi todo de Armenia, pero en las pocas semanas que llevo aquí, he descubierto lo esencial. Que la de Armenia es una historia de desarraigo.

Miles de armenios han sido expulsados de sus tierras ancestrales; muchos se han ido a paises lejanos, se han dispersado y han formado comunidades en el extranjero.

Pocos saben que la diáspora armenia fue el resultado de uno de los genocidios más crueles jamás perpetrados.

Con una población de unos 3 millones, Armenia es la tierra de los que no están, de los que están lejos. Se estima que unos 10 millones de ausentes viven dispersos por el mundo.

Grigor

Grigor es uno de los ausentes que ha vuelto a Armenia. Para envejecer y morir en mi tierra, me dice. Para honrar a mis antepasados.

Grigor me hace cambiar de planes. No iré a Yerevan. No importa, las ciudades me entusiasman cada vez menos. Me iré a pasar unos días con Grigor y Anaid que me han invitado a su pueblo. Ayer estaba pensando lo mucho que me gusta perder el control sobre mi itinerario y dejar que los nuevos encuentros lo tracen por mí.

En la veranda

Es el atardecer. Una casa vieja, un poco destartalada, pero bien habitada, en compañía de Grigor y Anaid. Enormes mapas plastificados de la época soviética cuelgan y dividen, a modo de cortina, el espacio abierto entre la veranda, donde cocinamos, y el jardín. 

En el piso de láminas de madera envejecidas que crujen al pisar hay un boquete que tratamos de evitar en nuestras idas y venidas. Me acabo de hacer una taza de café negro al estilo armenio. Tumbada en una cama que también hace de sofá, sigo con la trama de mi libro. Leo algunas páginas, pauso, como queriendo saborear alguna línea que me exalta, tomo un sorbito de café y me quedo mirando el espacio anacrónico que me rodea.

Hasta el jardín tiene carácter. Está desatendido y se ha asilvestrado. Me gusta mirar esa jungla de vegetación y lianas que va conquistando a su antojo las formas y esculturas geométricas que Grigor ha hecho . El manzano ya no da manzanas a causa del mal tiempo. El peral en cambio sigue dando sus frutos. Anaid ha empezado a prepararse para el invierno: hace conservas y confituras con lo que sale del pequeño huerto trasero y pone hierbas aromáticas a secar. Ayer hizo confitura de moras. Es la temporada y Armenia sabe a moras.

Mis prendas de la bici están a remojo en una tina rosa. El agua no ha tardado en volverse turbia y marrón; la carretera va dejando sus posos.

Grigor toca el violín y en las pausas sin música se oye el vecindario.

Tomo otro sorbo de café. Ya se ha enfriado. 

A veces pienso que el ritmo de la bici me enseña precisamente eso: a dejar templar el café.

A pausar y a escuchar.  A escuchar los sonidos de algo tan ordinario como un vecindario:

los niños juegan,

los pájaros pían,

los perros ladran.

El lenguaje básico de gran parte de mis días: artículo, sujeto, verbo.

 

 

4 thoughts on “Fragmentos de Armenia

  1. I’m really happy to hear about you during this hard time I was afraid. Amo seus relatos irmãzinha de coração. Se cuida…miss you

  2. Hola Wabisabi. Bonito fragmento, me gusta mucho el final, esa metá fora entre gramática y vida. Yo sí estuve en Yerevan y guardo muy buen recuerdo de aquella ciudad algo destartalada y dividida (por un barranco). Hubo buenos encuentros.

    Mi gramática en cambio está ahora mismo llena de chirridos y confusión. Comenzó por fin la obra de la casa y al quitar la bañera ha aparecido un pilar del edificio en mal estado, podrido por humedad, carcoma y los casi 150 años de edad. Y han llegado arquitectos varios, peritos, reuniones de vecinos, desavenencias, gritos… el problema último es el dinero. La obra está parada. Yo he comprado un barreño grande de plástico y he vuelto a la ducha africana: cubo de agua y cazo.

    Saludos. Aurrera!

    Lorenzo

    Samsung Mobiletik bidalita

    • Y pensar que en tantos otros idiomas la gramática es todavía más simple : sujeto-verbo, sin femeninos ni masculinos, sin conjugaciones ni concordancias! Nos complicamos un poco demás! Así que has vuelto a la ducha de cubo….Tú ibas por delante y llegaste a Armenia unos meses antes que yo, aún no hacía tanto calor creo…me quedé por las montañas. Esa llegada desde el Alto Karabaj al lago Sevan…qué buen recuerdo!

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